Buenos Aires, 14 de julio de 2025 – La formalización de una decena de frentes electorales para competir por bancas en la Legislatura bonaerense y en los Concejos Deliberantes en los comicios del 7 de septiembre ha puesto de manifiesto una paradójica convivencia entre la atomización política y un escenario polarizado. La contienda principal se dará entre el peronismo, que gobierna la Provincia, y el frente libertario, que ostenta el poder a nivel nacional.
A pesar de las intensas negociaciones y los tironeos que presagiaron rupturas, el peronismo logró sellar su unidad. De manera similar, La Libertad Avanza y el PRO finalmente cerraron filas, mientras que el radicalismo, junto a expresiones peronistas no kirchneristas y otros espacios, conformó una alianza que, una vez más, expone una guerra fratricida en la UCR. La particularidad de este turno electoral radica en que las tres principales fuerzas presentan fracturas internas desde su concepción. Con la inminente discusión por el cierre de listas esta semana, lo que fue “atado con alambre” el pasado miércoles podría volver a desmoronarse. Para todos los actores, el resultado de los comicios determinará si estas uniones precarias logran suturarse o se disuelven “como un cubito al sol”.
En este contexto, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores – Unidad (FIT-U) se destaca por su coherencia y permanencia a lo largo de casi 15 años, manteniendo un sistema de reparto interno que ha capeado diversas tormentas. Asimismo, no faltan las coaliciones transitorias de “vuelo corto” que suelen aparecer en el fondo de la tabla de resultados.
A continuación, se desglosa la concepción de cada frente, las cuentas saldadas y pendientes, y el panorama hacia el futuro.
El Radicalismo: Un “Frente Multicolor” con la UCR “Detonada”
El radicalismo inscribió el frente “Somos Buenos Aires” junto con peronistas no kirchneristas, “lilitos”, “margaritos”, independientes y socialistas. El “abadismo” decidió no participar y amagó con impugnar.
Desde la derecha de Joaquín de la Torre hasta el socialismo, del peronismo al vecinalismo. Así de ancha es la avenida que el radicalismo, o una buena parte de él, construyó para ir a las elecciones con el mandato de alejarse de kirchneristas y libertarios. Bajo el nombre “Somos Buenos Aires”, Miguel Fernández y Pablo Domenichini, quienes se enfrentaron meses atrás por el control del Comité, unieron voluntades y sellos para unificar a todos quienes buscaban distanciarse de los extremos.
El armado fue recibido con beneplácito por Kicillof y los suyos, quienes vieron en este conglomerado alternativo una especie de “packman” que coma votos libertarios por derecha. Sin embargo, no son pocos los oficialistas que piensan que, a partir de la inclusión de peronistas como Julio Zamora (intendente de Tigre, quien podría encabezar la Primera sección), Fernando Gray (alcalde de Esteban Echeverría, que iría por la Tercera) o “Juanchi” Zabaleta (exmandamás de Hurlingham), es un peligro para el caudal electoral de Fuerza Patria.
Sin embargo, el radicalismo pareciera haberle “tomado el gustito a la autoflagelación”. Otra vez las benditas internas hicieron que el “abadismo” decidiera no formar parte de la alianza y amenazara con bloquear judicialmente la incorporación de la UCR al no firmar sus apoderados el acta constitutiva. El detonante de una relación ya desgastada entre Fernández y Maxi Abad, referentes de Unidad Radical, fue la negativa del trenquelauquense a ceder el primer lugar en la lista de la Cuarta a Emilio Monzó. Todo derivó en una áspera discusión entre ambos. “Casi llegan a las trompadas”, aseguraron testigos del choque.
En la mente de Fernández y Evolución, ahora con el acople de Facundo Manes, está ceder a peronistas no kirchneristas el liderazgo en el Conurbano y a los hermanos Passaglia las riendas de la Segunda, aspirando a comandar las nóminas en el resto de regiones. Así, el intendente de Tandil, Miguel Lunghi, suena para liderar en la Quinta, mientras que en la Sexta negocian con la Coalición Cívica y Andrés de Leo podría acompañar a un radical. Aún es una incógnita la Séptima, todo lo contrario de la Octava, donde la cuestión está sentenciada: comandará Evolución con Pablo Nicoletti a la cabeza de la nómina seccional.
El Peronismo: Convivencia Forzada y Triunvirato al Mando
El kicillofismo, el cristinismo y el massismo finalmente acordaron la creación de la alianza “Fuerza Patria“. Un esquema con “chapa y pintura nueva, pero con un motor desgastado”, operará bajo un triunvirato al mando.
El peronismo, junto a un grupo de aliados, logró forzar esta coalición para competir el 7 de septiembre en las elecciones provinciales y enfrentar a La Libertad Avanza. Sin embargo, esta confluencia no ha hecho desaparecer las diferencias entre las principales “tribus”, que ahora se preparan para exhaustivas discusiones en el armado de listas.
El Partido Justicialista (PJ) bonaerense —con La Cámpora al mando—, el Frente Renovador y el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) tejieron un esquema de endeble unidad con un mecanismo particular de toma de decisiones. La crisis de liderazgo y la incapacidad de tener un jefe con legitimidad amplia los llevó a idear un diseño de conducción con un triunvirato para la toma de decisiones.
Las discusiones actuales se centran en la definición de candidaturas para los Concejos Deliberantes, la Legislatura bonaerense y el Congreso de la Nación, todo en un mismo paquete y con la misma conformación de los órganos partidarios. La prioridad inmediata es resolver los postulantes a presentar este sábado 19 de julio para los 135 municipios y para las ocho secciones electorales. En cuanto a los nombres para diputados nacionales, habrá tiempo hasta el 17 de agosto.
La puja política para este punto será un capítulo de tensiones que ya se evidencian en los territorios, especialmente en los distritos donde el peronismo no gobierna. Allí, la forma de elegir candidatos no está del todo clara y se basará en lo que resuelvan los tres sectores más importantes. La pelea es significativa, ya que los dirigentes encuadrados en el kicillofismo expresan un serio desacuerdo con compartir lugares con el camporismo. En tanto, el cristinismo y el massismo cuentan con líderes municipales definidos, un punto a favor sobre el MDF, que carece de esta característica y deberá allanar este problema.
Para las comunas donde el peronismo es gobierno, se presume una situación diferente, ya que el alcalde será quien proponga el armado, aunque con advertencias de “generosidad” para contener a todos. De cualquier forma, no la tendrán tan fácil, ya que precisan de la firma de los tres integrantes de la Junta Electoral para obtener el aval, lo que obligará al jefe comunal a afinar sus aptitudes políticas.
Para la confección de listas, también deberán considerar que hasta el momento rige la ley que prohíbe las reelecciones indefinidas. Ante esta situación, muchos legisladores y concejales con dos mandatos consecutivos no podrán figurar en la boleta. Desde el entorno de Kicillof adelantaron que, si la normativa no cambia, no habrá otro camino para sortearla. El plazo límite está cada vez más cerca, y si la Cámara de Diputados no trata el tema esta semana, muchos dirigentes verán frustrada su intención de buscar un período más en sus bancas.
La idea de postular “candidatos competitivos” parece ser compartida por unanimidad en el peronismo, lo que llevará a una meticulosa selección de dirigentes basada en encuestas. Se contempla que intendentes puedan postularse como concejales para defender su gestión y el distrito ante el crecimiento de La Libertad Avanza. Tampoco se descarta que funcionarios provinciales sean quienes den la pelea en las listas seccionales. Todo un camino por desandar en el que el triunvirato deberá acordar.
Una vez definidos los candidatos, “Fuerza Patria” deberá resolver la estrategia de campaña en un contexto sumamente complejo en términos económicos y sociales. El tándem Máximo Kirchner – Sergio Massa ya se adelantó proponiendo debates que nacionalizan el escenario, mientras que Axel Kicillof mantiene su mirada puesta en su gestión al frente de la provincia de Buenos Aires. Un tema nada sencillo de abordar, dadas las diferencias entre el camporismo y el kicillofismo.
Con “chapa y pintura nueva, pero con un motor desgastado”, el peronismo y sus aliados apelaron al “espanto” para, una vez más, confluir en una lista. Más por conveniencia que por convicción, enfrentarán así la avanzada de Javier Milei y su tropa. El final, como no puede ser de otra manera en el país, es incierto, pero el pronóstico para el oficialismo provincial no pinta alentador.
La Libertad Avanza y el PRO: El “León” Absorbe a los “Amarillos”
Tras diez años en la escena política, el PRO ha realizado lo impensado: hincó la rodilla y cedió ante los hermanos Milei. Los “amarillos” se juegan su identidad, mientras que “Las Fuerzas del Cielo” alzan la voz.
Con una maniobra que, sin dudas, sentará un precedente, La Libertad Avanza interpretó la coyuntura de la política bonaerense y tomó la temeraria decisión de ocupar los dos asientos del jugador para acomodar las fichas a su antojo. El primer paso, ya culminado, fue la absorción del PRO, y ahora resta ver hasta qué punto pueden doblegar las voluntades de los “caciques amarillos”.
Bajo el nombre “Alianza La Libertad Avanza“, ambos partidos buscarán conquistar aquello que no pudieron lograr por separado en 2023: desbancar del podio al peronismo. Sin embargo, si bien el objetivo es el mismo, el costo de este nuevo sello fue “firmado con sangre” por el PRO.
Como un hecho insólito, un partido vecinal que nació hace dos décadas para dirigir los destinos de la Ciudad de Buenos Aires —el distrito más rico de Argentina— y que llegó a posicionar un presidente y una gobernadora en la provincia más poblada del país, hoy se ve obligado a agachar la cabeza en busca de sostener el relato de ser la principal fuerza antagónica del peronismo. Con Karina Milei oficiando de Cristina Kirchner, La Libertad Avanza ha comprendido cómo se construye hegemonía en la política argentina: una figura que ordena y ansias de poder. A esa clase, el PRO parece haber faltado.
El principal problema no radica en los colores o el nombre de la alianza, sino en contener a los jefes distritales “amarillos” que aún ven con reticencia este pacto, sabiendo que deberán sostener lo que queda de Juntos por el Cambio en sus comunas.
Aunque al PRO le guste anunciar que los distritos que comandan son 13, en realidad son 10: General Pueyrredón, Pinamar, Arrecifes, Campana, Zárate, Vicente López, Junín, Pergamino, Nueve de Julio y Lobos. San Isidro, conducido por Ramón Lanús, responde a Patricia Bullrich; Coronel Pringles es de Lisandro Matzkin, quien podría jugar con su propio sello vecinalista, y en Puan, Diego Reyes irá con boleta corta al entender que no hay chances de cerrar acuerdos con los libertarios.
No obstante, más allá de los anuncios, los alcaldes referenciados en Jorge Macri (Pablo Petrecca, de Junín; María José Gentile, de 9 de Julio; y Soledad Martínez, de Vicente López) han hecho saber que el acuerdo macro debe trasladarse a los hechos. “Veremos qué tan dispuestos al acuerdo están los referentes libertarios”, señaló un armador “amarillo” del interior. Igual situación vive el angelicista Javier Martínez, que convive con la oposición de los concejales “violetas” en el Concejo Deliberante.
Otros Frentes: Cada Cual Atiende su Juego
La oferta electoral en la Provincia no se agota en las tres grandes alianzas. La Izquierda y varias vertientes liberales y de centro suman nombres para llegar a la Legislatura y los Concejos.
La batalla por la Legislatura bonaerense y los Concejos Deliberantes de los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires no se libra solamente entre los tres grandes frentes conformados por La Libertad Avanza (LLA) y el PRO, el peronismo unido y la “tercera vía” cohesionada por impulso del radicalismo. Otras siete alianzas, con distintos estilos y estrategias, buscan meter cuña en un escenario de alta polarización que ofrece pocas oportunidades.
Así, la Izquierda sigue apostando a la unidad, mientras el espectro liberal evidencia su fragmentación con tres frentes que se disputan ese espacio, y otras tres alianzas intentan sumar figuras desencantadas de los grandes partidos o provenientes de fuera de la política.
Por otra parte, hay intendentes que decidieron jugar con boleta corta, como los vecinalistas Arturo Rojas, de Necochea, y Carlos Bevilacqua, de Villarino. También Hechos, la fuerza lanzada por los hermanos Passaglia en San Nicolás, jugaría a nivel local, por fuera del armado PRO+LLA.