El encuentro en Olivos duró una hora y media y terminó sin acuerdos. Macri se fue molesto por la falta de ofrecimientos y el desdén de Milei, mientras en el PRO avisan que el Gobierno necesitará sus votos en el Congreso.
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El presidente Javier Milei y el expresidente Mauricio Macri se reunieron en la residencia de Olivos en un encuentro que duró poco más de una hora y media, pero que no dejó resultados concretos. Según fuentes del PRO, Milei no le ofreció ningún cargo ni espacio de poder a su exsocio político y se mostró confiado tras el triunfo electoral de La Libertad Avanza.
Macri escuchó de boca del mandatario que “hizo todo bien” y que por eso fue “premiado por los argentinos y por Donald Trump”, en referencia al respaldo público del expresidente estadounidense. La cita, acordada días atrás cuando el Gobierno preveía una elección más ajustada, perdió sentido tras los diez puntos de ventaja obtenidos por Milei sobre el peronismo.
El líder del PRO se sintió ninguneado durante la cena, especialmente cuando estallaron las renuncias del jefe de Gabinete Guillermo Francos y del ministro del Interior Lisandro Catalán, que acapararon la atención presidencial. “No hay nada que contar”, dijo Macri, visiblemente molesto, al retirarse de la quinta.
En el Gobierno descartan ceder ministerios al PRO para evitar compromisos difíciles de revertir. Tampoco prosperó la idea de ofrecer cargos de segunda o tercera línea. “Poner a Adorni en lugar de Francos es como si nosotros hubiéramos puesto a Fer de Andreis en lugar de Marcos Peña”, ironizó un dirigente cercano a Macri, en referencia al nombramiento del vocero Manuel Adorni como nuevo jefe de Gabinete.
Durante la cena, Macri intentó moderar el entusiasmo del presidente. “No desperdicies esta oportunidad de la Argentina. No sabemos si va a haber otra, con Estados Unidos apoyando. No tiremos los penales afuera”, le dijo, según reconstruyó un dirigente macrista.
Pero el fracaso de la reunión impactó de lleno en el Congreso. “Tenemos 20 diputados, nos van a necesitar”, advirtió un legislador del PRO, en alusión al poder de negociación que el bloque mantiene frente a los 80 escaños libertarios. Para lograr quórum y aprobar leyes clave —como el Presupuesto o las reformas económicas— el oficialismo necesita al menos 129 votos.
En el entorno de Macri también cayó mal la ruptura del bloque PRO que promovió Patricia Bullrich, hoy aliada de Milei, para garantizar la reelección de Martín Menem como presidente de la Cámara baja. “Fue un mensaje directo: el Gobierno no aceptará a Ritondo en su reemplazo”, sostuvo un dirigente macrista.
Las tensiones internas se profundizan. Diputados bullrichistas como Sabrina Ajmechet y Damián Arabia formalizaron su pase a La Libertad Avanza, mientras en el macrismo interpretan que el Gobierno busca aislar políticamente a Macri y evitar condicionamientos en el Congreso.
Por ahora, el expresidente mantiene la cautela, pero su entorno advierte que la gobernabilidad de Milei dependerá del PRO: “Sin diálogo ni respeto político, el respaldo legislativo no está garantizado”.
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