Axel Kicillof define su papel frente a Cristina y avanza con un armado federal hacia 2027:


El gobernador bonaerense reunió a intendentes que lo impulsan como conductor y evitó confrontar con la expresidenta. Mientras tanto, dirigentes del interior miden su autonomía y analizan si el mandatario bonaerense puede liderar al peronismo nacional.

“Gracias a todos por esta campaña. Terminó una, pero hoy empieza otra: la de 2027”. Con esa frase, Axel Kicillof marcó el tono político del encuentro que mantuvo este viernes con unos 40 intendentes del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), en Berazategui, donde fue ratificado como referente y potencial candidato presidencial del peronismo.

La cita ocurrió en medio de la tensión con Cristina Fernández de Kirchner, que horas antes había difundido una dura carta en la que responsabilizó al gobernador bonaerense por la derrota electoral del peronismo. Sin embargo, Kicillof evitó responderle directamente. Según confió su ministro de Gobierno, Carlos Bianco, la instrucción fue “no enredarse en la discusión interna”, una manera de tomar distancia sin romper.

No le damos importancia al documento”, afirmó el exintendente de Ituzaingó Alberto Descalzo, mientras que Alfredo Fisher, de Laprida, aseguró que “Kicillof es el conductor y el futuro del peronismo”.

Gobernadores en alerta

La reunión bonaerense tuvo eco en todo el país. En varias provincias, los dirigentes del peronismo siguieron de cerca las señales del gobernador. “Axel tiene el estómago de hierro, ya demostró que aguanta. Tiene su propio estilo para ir marcando los tiempos”, comentó un colaborador de un mandatario del espacio Fuerza Patria, que mantiene diálogo con Kicillof.

En ese marco, los gobernadores dividieron posiciones. Algunos respaldan al bonaerense como la principal figura opositora a Milei; otros creen que el resultado electoral lo dejó “complicado” para proyectarse a nivel nacional. Entre los que aparecen como posibles alternativas surge el santiagueño Gerardo Zamora, aliado de Cristina, que busca posicionarse con apoyo del kirchnerismo.

“Axel no se equivocó con el desdoblamiento. Demostró que el peronismo puede ganar. Cuando abrió el juego y armó la estrategia con los intendentes el tipo fue y ganó su elección. Lo que salió mal fue la lista de candidatos que puso la Señora”, apunta un dirigente del Norte. Obviamente, la aludida es Cristina, que este viernes fascinó al camporismo con su documento y fastidió al peronismo de los gobernadores. Señalan que, como presidenta del PJ, se olvidó de mencionar el papel pobre que el partido hizo en muchos distritos en los que compitió con el sello Fuerza Patria.

El armado federal

Pese al clima de disputa, Kicillof ya dio los primeros pasos para construir un armado nacional. Dirigentes del interior confirmaron que fueron convocados por Bianco y Andrés “Cuervo” Larroque para delinear una estrategia federal. El gobernador planea no replicar estructuras como La Cámpora, sino articular con las bases peronistas locales en cada provincia, con la consigna de “respetar las realidades propias”.

“El objetivo es sumar, no dividir. No vamos a ganar la Nación con cinco puntos en Córdoba”, afirman en el entorno del mandatario. Por eso, Kicillof mantiene diálogo con gobernadores que cooperan con Milei, como Osvaldo Jaldo, Raúl Jalil y Gustavo Sáenz, evitando choques públicos y priorizando una imagen de moderación y amplitud.

Tensión en Buenos Aires

La pulseada con el cristinismo tendrá un nuevo capítulo cuando la Legislatura bonaerense debata el Presupuesto 2026, el endeudamiento y las autoridades parlamentarias. Allí, el gobernador necesita articular con el massismo y sectores aliados para equilibrar el poder con La Cámpora, que aún controla resortes clave del oficialismo provincial.

Consultores y dirigentes que observan la interna remarcan que, en ese tablero, Kicillof debe mostrar autoridad sin romper puentes. “¿Cuál es la propuesta de Máximo? ¿Hundirlo a Axel? No tiene sentido”, razonó un operador del peronismo territorial.

Mientras tanto, en el interior, el peronismo espera señales de autonomía y se pregunta si Kicillof podrá convertirse en el jefe político del movimiento en el camino hacia 2027.

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