Tensiones en el oficialismo bonaerense: Kicillof, Kirchner y Massa negocian poder en medio de la interna peronista

El gobernador, el presidente del PJ bonaerense y el líder del Frente Renovador deben acordar leyes clave, designaciones legislativas, vacantes en la Corte y posibles cambios en el gabinete. La pulseada por la presidencia de Diputados expone la fractura del peronismo.

Con la interna en plena ebullición tras la derrota electoral, el peronismo bonaerense enfrenta semanas decisivas. Antes de fin de año, Axel Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa deberán acordar un paquete político y de gestión que incluye la ley de Presupuesto 2026, la Fiscal Tributaria, cargos en el Banco Provincia, el Consejo General de Educación, la Tesorería y, sobre todo, las autoridades legislativas de la nueva etapa.

El gobernador Kicillof prepara el envío del presupuesto y vuelve a insistir con un pedido de endeudamiento que la Legislatura le negó en reiteradas ocasiones. “Esperemos que esta vez estén a la altura”, advirtió el ministro de Gobierno, Carlos Bianco, apuntando a la oposición, aunque también a los desacuerdos internos.

A la par de las negociaciones por las leyes económicas, el oficialismo debe definir quién presidirá la Cámara de Diputados bonaerense. Cada tribu peronista ya tiene su candidato: Mariano Cascallares (Kicillof), Alexis Guerrera (Frente Renovador) y Mayra Mendoza (La Cámpora). El equilibrio de poder también estará en juego en las vicepresidencias del Senado y las jefaturas de bloque, hoy bajo control kirchnerista.

Otro punto caliente será la renovación del Banco Provincia, donde vencieron los mandatos de tres directores y se suman las vacantes dejadas por Daniel Barrera (fallecido) y Sebastián Galmarini, que asumirá como diputado nacional. Los movimientos alcanzan también al Consejo de Educación y la Tesorería General de la Provincia, organismos clave en la administración bonaerense.

En paralelo, la Suprema Corte bonaerense opera con apenas tres de sus siete miembros. Hay cuatro vacantes y el reparto de esos cargos promete una disputa intensa. El ministro de Justicia, Martín Mena, cercano al cristinismo, presiona para cubrir los puestos antes de fin de año, aunque el gobernador prefiere un tratamiento más gradual.

La presidencia del PJ bonaerense, hoy en manos de Máximo Kirchner, vence el 18 de diciembre. Mientras el kirchnerismo busca su continuidad, los intendentes impulsan una renovación partidaria. Entre los nombres que suenan figuran Verónica Magario y Federico Otermín. Kicillof ya descartó encabezar el partido, aunque respalda la idea de mayor protagonismo municipal.

El último capítulo será el gabinete provincial. No se descartan cambios, especialmente en Infraestructura, que conduce Gabriel Katopodis, y en áreas dominadas por La Cámpora (Justicia, Salud, Ambiente, IOMA e IPS) y el massismo (Transporte y Puerto Quequén). Los sectores más cercanos al gobernador reclaman una reconfiguración interna tras la derrota nacional y provincial.

Por ahora, las conversaciones son informales. Las segundas líneas cruzan mensajes, pero aún no hay reuniones formales entre los tres líderes. El recuerdo de las tensas negociaciones por las listas electorales aún pesa, y el tiempo corre: el 10 de diciembre asumirán los nuevos legisladores, y el peronismo bonaerense deberá llegar con un esquema de poder ordenado.

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