Alumnos de la Escuela de Arte denuncian una “zona liberada” en el Complejo Cardiel y convocan a una protesta

Tras un nuevo ataque vandálico que dejó más de 15 vidrios rotos, el centro de estudiantes “Micelio” organiza una intervención artística para este jueves a las 17:30 h. Reclaman por una problemática de inseguridad que, aseguran, se extiende desde hace más de una década con promesas incumplidas.

Necochea – La comunidad educativa del Complejo Jesuita Cardiel, a orillas del río Quequén, vive en un estado de alerta constante. Robos de motos, bicicletas y actos de vandalismo se han convertido en una preocupante normalidad para estudiantes y profesores. El último fin de semana, la Escuela de Arte amaneció con más de 15 vidrios destrozados, un hecho que reavivó un reclamo histórico por mayor seguridad en el predio.

“El panorama es bastante oscuro. Esto comenzó en 2014 y se viene reclamando desde ese entonces”, lamentó Nicole Fuente Marshall, representante del centro de estudiantes “Micelio” de la Escuela de Arte. En diálogo con la prensa, la estudiante describió la situación como insostenible y calificó el área como una “zona liberada” donde “nadie nos cuida de nada”.

Como respuesta a la inacción y a los continuos episodios de violencia, los estudiantes han convocado a una nueva manifestación para este jueves 6 de noviembre a las 17:30 horas en las inmediaciones del complejo, cerca de la Plaza de la Paz. A diferencia de marchas anteriores, esta vez el reclamo tomará una forma artística.

“Aprovechando que somos una Escuela de Arte, haremos intervenciones de teatro, de danza, de música, desde artes visuales, dándole un poquito más de color al predio”, explicó Fuente Marshall. El objetivo es visibilizar el problema de una manera creativa e invitar a la comunidad a conocer la realidad que enfrentan a diario.

Una década de promesas incumplidas

La frustración estudiantil se remonta a diciembre de 2014, cuando una ola de hechos vandálicos llevó a los alumnos a tomar la escuela. La medida se levantó tras una serie de promesas por parte de las autoridades de turno: instalación de luminarias y cámaras de seguridad, reparación de calles y el cerramiento de un acceso debajo de un puente, utilizado como vía de escape en robos y otros delitos.

“Pasaron 11 años y no se cumplió”, sentenció la representante estudiantil. Los reclamos puntuales y concretos siguen siendo los mismos: mejor iluminación, cámaras de monitoreo conectadas a la central municipal y el cerramiento de las zonas vulnerables del predio. “No tenemos luz, no pasa la policía”, agregó.

Además de los daños materiales, la comunidad educativa no olvida hechos de mayor gravedad, como el intento de abuso a una estudiante ocurrido en el predio hace aproximadamente un año y medio.[4]

Incertidumbre y vías institucionales agotadas

Un factor que, según los estudiantes, complica la solución del problema es la falta de claridad sobre la jurisdicción del predio. Existe una disputa sobre si la titularidad corresponde a Vialidad Provincial o a la Dirección General de Cultura y Educación. Recientemente, se reactivó un expediente que busca ceder el terreno a Educación, lo que podría agilizar las gestiones.

Mientras tanto, los equipos directivos de las distintas instituciones que funcionan en el complejo han agotado las vías formales. “Tenemos muy buena relación con nuestro equipo directivo y nos han mostrado las carpetas donde están todas las denuncias, sea la comisaría, la usina, el intendente de turno. Todo está hecho”, aseguró Fuente Marshall, justificando la decisión de volver a movilizarse para que la ciudad “pueda ver y saber qué es lo que está sucediendo”.

A pesar de la desolación por los recientes destrozos, que fueron costeados en parte por la cooperadora de la escuela, los estudiantes se mantienen firmes. “Vamos a seguir hasta que tengamos respuestas concretas. Queremos que se solucione lo que se viene pidiendo hace 11 años”, concluyó, reiterando la invitación a la jornada de protesta del jueves

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