El intendente de Lobería, Pablo Barrena, expuso uno de los diagnósticos más duros de los últimos años sobre la situación económica del municipio y anunció un paquete de medidas para evitar que la crisis financiera afecte el pago de salarios y la prestación de servicios esenciales. Según advirtió, el escenario es crítico y refleja una problemática que atraviesa a numerosos distritos bonaerenses.
Barrena detalló que, junto al Foro de Intendentes Radicales, mantuvo una reunión con el ministro de Economía provincial, Pablo Julio López, para trasladar la preocupación por la falta de recursos. “Este año no recibimos el Fondo de Infraestructura Municipal, que veníamos percibiendo desde 2015, y además la Provincia nos debe más de 418 millones de pesos”, señaló. A eso se suma —dijo— el retraso en obligaciones nacionales y un panorama que calificó como “uno de los peores para los municipios en décadas”, aunque evitó compararlo con la crisis de 2001.
Uno de los factores que agravó la situación fue la postergación del pago de la última cuota del Impuesto Inmobiliario Rural, que recién se cobraría en enero. “Entre la deuda provincial y la demora del Inmobiliario, dejamos de recibir cerca de 700 millones de pesos que esperábamos para esta época del año”, explicó.
Frente a este cuadro, el municipio implementó medidas de contención: congelamiento de nuevas contrataciones, suspensión de gastos no esenciales, paralización de obras nuevas y utilización de ahorros únicamente para cubrir salarios y obligaciones básicas.
En una decisión con fuerte impacto político, Barrena anunció que los funcionarios municipales y los concejales no cobrarán el aguinaldo en diciembre, sino “cuando se pueda”. Agradeció el acompañamiento de ambos bloques y garantizó que los empleados municipales sí recibirán sueldo y aguinaldo en tiempo y forma.
El intendente también confirmó que las obras actualmente en marcha serán finalizadas, aunque no se iniciarán nuevos proyectos en el corto plazo. Además, aseguró que no habrá despidos: el personal será reubicado para garantizar la continuidad de los servicios municipales.
“Nuestros ahorros se están esfumando para pagar sueldos. Vamos a tomar todas las medidas necesarias para ordenar las cuentas, pero sin afectar a los trabajadores”, concluyó Barrena.
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