Argentina en la Encrucijada: La Tensión Geopolítica entre EE. UU. y China por Inversiones

Buenos Aires, 24 de julio de 2025 – El futuro embajador de Estados Unidos en Argentina, Peter Lamelas, ha generado un fuerte debate al advertir que “vigilará” proyectos sensibles en litio, represas y energía financiados por el gigante asiático. Esta declaración ha provocado una ola de rechazos políticos y diplomáticos por parte de los gobernadores provinciales, quienes defienden los acuerdos con China en un contexto de pragmatismo económico.

Advertencia de Estados Unidos y la “Guerra Comercial”

La advertencia de Lamelas, expresada ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos durante su audiencia de confirmación, subraya la preocupación de Washington por la creciente influencia de China en sectores estratégicos de Argentina. El embajador prometió “limitar la expansión de China” en el país y aseguró que viajará a las provincias para “vigilar los proyectos” financiados por Pekín. “Nos preocupa que ciertos proyectos no sean del todo transparentes y puedan tener implicancias en términos de seguridad nacional y regional”, afirmó Lamelas, combinando un mensaje de alineamiento con la administración libertaria y respaldo al equilibrio fiscal con una explícita advertencia sobre la influencia china.

Detrás de este mensaje diplomático, subyace una pulseada global por los recursos naturales y la infraestructura crítica.

El Dilema Chino de Javier Milei

A pesar de su alineamiento ideológico con Estados Unidos, el gobierno de Javier Milei no ha cortado los lazos con China. La renovación del swap de monedas por u$s 5.000 millones con el Banco Popular chino —clave para estabilizar las reservas— fue negociada discretamente, y las obras financiadas por capital chino continúan en marcha.

El Presidente busca fortalecer su vínculo con Washington, pero aún necesita el oxígeno financiero de Pekín. El canciller Gerardo Werthein intenta, por ahora, sostener una política exterior que priorice los intereses económicos, sin desentonar con el discurso libertario. En este marco, el conflicto entre las potencias vuelve a colocar a Argentina en una encrucijada histórica: cómo recibir inversiones sin quedar atrapada en una “guerra fría del siglo XXI”.

La Mirada Pragmatista de los Gobernadores

Lejos de las tensiones geopolíticas, en las provincias la percepción sobre China es mucho más pragmática. Gobernadores de distintas fuerzas políticas ven en estas inversiones una vía crucial para generar empleo, financiar obras públicas y desarrollar regiones postergadas, especialmente en un contexto de falta de crédito internacional y recortes del Estado que condicionan la actividad.

En Santa Cruz, el gobernador Claudio Vidal defendió públicamente las represas y los acuerdos pesqueros, afirmando: “Si hay que controlar, se controla, pero no podemos rechazar inversiones que traen trabajo”. Este viernes, Vidal y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, anunciaron avances en la negociación con la contraparte china para reactivar los trabajos en las represas, paralizados desde antes del cambio de gestión.

En Catamarca, Salta y Jujuy, los gobiernos respaldan activamente el avance del litio con capital chino y promueven el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) para consolidar la llegada de nuevas empresas. El gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, quien mantiene una relación fluida con Pekín, destacó que “las inversiones chinas han sido clave para poner en marcha proyectos que llevaban años paralizados”. La defensa de la relación con China también se observa en San Juan, Tierra del Fuego y La Pampa, donde los convenios en energía, maquinaria e industria se han fortalecido en los últimos años.

Litio: El Corazón del Conflicto

En el centro de esta disputa se encuentran los recursos estratégicos, con el litio como emblema. Según datos del Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar), de los 48 proyectos mineros en marcha en Argentina relacionados con este mineral clave para la transición energética, 23 tienen participación china, lo que representa cerca del 48% del total.

Entre las principales compañías chinas involucradas se destacan:

  • Ganfeng Lithium: Accionista mayoritaria en el proyecto Cauchari-Olaroz (Jujuy) y con iniciativas en Salta y Catamarca.
  • Zijin Mining Group: Controla el proyecto Tres Quebradas en Catamarca.
  • Tsingshan Holding Group: Con proyectos en el norte salteño.
  • Jiangxi Copper: Con presencia en exploración avanzada.

Estas empresas no solo inyectan capital, sino que también están involucradas en el procesamiento y la cadena de valor. Mientras compañías de Estados Unidos, Canadá, Corea y Australia compiten por posicionarse, el despliegue chino ha sido más agresivo, apoyado por líneas de financiamiento directas de bancos de desarrollo del gigante asiático. Fuentes de Ganfeng explican que sus inversiones “son de largo plazo” y que Argentina “es un socio clave en la estrategia global de abastecimiento de litio”, destacando además la generación de empleo directo en zonas con pocas alternativas productivas.

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