Costa Bonita: Inseguridad sin Límites

COSTA BONITA – La ley parece haberse ausentado por completo en Costa Bonita. Una reiteración de robos ha alcanzado un punto de quiebre, forzando el cierre definitivo de un histórico almacén familiar, que por décadas fue un punto de referencia para los residentes. El golpe final, ejecutado con total impunidad en la madrugada del pasado 31 de agosto, convenció a sus propietarios de que bajar las persianas era la única opción ante el desamparo y la ausencia de control policial.

La dueña del comercio, perteneciente a la familia fundadora, relató el asedio sufrido en poco más de un mes. Explicó que la decisión de cerrar y trasladar la mercadería restante a su domicilio particular fue tomada después de que los delincuentes vaciaran gran parte del local en el último de tres ataques.

Los asaltos demostraron una alarmante audacia, ocurriendo en distintas modalidades y horarios, lo que para los vecinos es una clara señal de una zona liberada. Los criminales actuaron tanto a plena luz del día, con un robo registrado a las 7:20 de la mañana, como en la oscuridad de la noche, cerca de las 23 horas. En uno de los incidentes, el perpetrador incluso utilizó prendas de camuflaje para evitar ser identificado por las cámaras de seguridad que, en un intento desesperado, los dueños habían reinstalado en el interior del local. La sospecha generalizada es que se trata del mismo individuo que ya había atacado otro comercio de la zona el 1 de agosto.

Este sentimiento de vulnerabilidad es compartido por toda la comunidad. El raid delictivo se ha extendido por el paraje, con denuncias de otros vecinos que sufrieron robos en sus viviendas y hasta el hurto de cables. La acumulación de tantos hechos delictivos en tan poco tiempo ha agotado la paciencia de los residentes.

Ante esta escalada de inseguridad, el reclamo es unánime y urgente. Los habitantes de Costa Bonita exigen la instalación de un móvil policial permanente, argumentando que el lugar se ha convertido en “tierra de nadie”. La frustración crece al sentir que sus pedidos son ignorados, como la solicitud de más cámaras de vigilancia realizada hace más de quince días, que aún no ha tenido respuesta oficial.

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