Una veintena de jefes comunales del radicalismo bonaerense llegará hoy a La Plata para exigir al ministro de Economía provincial, Pablo López, soluciones ante la caída de la coparticipación, las deudas impagas y la incertidumbre por el pago del medio aguinaldo.
Con las negociaciones por el Presupuesto 2026, la Ley Fiscal Impositiva y el Endeudamiento en marcha, los intendentes de la UCR enfrentarán este lunes una cita clave con el ministro de Economía bonaerense, Pablo López. A partir de las 14, una veintena de mandatarios municipales expondrá un panorama que califican de “crítico” y que pone en riesgo el cierre del año fiscal.
Encabezados por el presidente del Foro, Maximiliano Suescun (Rauch), los jefes comunales radicales llegarán con un rosario de reclamos: caída de la coparticipación, retraso en las transferencias provinciales, deudas impagas de programas como IOMA, Juegos Bonaerenses y Seguridad, y una merma generalizada en la recaudación local.
Uno de los temas más sensibles será el pago de los aguinaldos. “Algunos intendentes dicen que será un milagro poder cumplir con esa obligación”, reconocen desde el Foro, donde advierten que la caída de recursos y el aumento de gastos en salud y servicios básicos dejaron a varios distritos al borde del déficit.
Entre los principales puntos que marcarán la agenda del encuentro se destacan:
- Menores transferencias de la Provincia a los municipios por la baja de la coparticipación y la recaudación tributaria.
- Desequilibrio salarial, ya que el crecimiento de la coparticipación fue menor que las subas otorgadas en paritarias.
- Caída de tasas municipales, afectadas por la recesión y las emergencias climáticas, especialmente en el interior.
- Crisis sanitaria, con aumentos exponenciales en medicamentos e insumos y deudas de IOMA sin resolver.
Los intendentes, además, insistirán en la necesidad de crear un fondo especial no atado al endeudamiento provincial, ante la negativa del Ejecutivo a modificar el actual esquema del 8%.
El encuentro de este lunes será, para el radicalismo, una prueba de fuego para medir la voluntad de diálogo del gobierno de Axel Kicillof y, al mismo tiempo, marcar el tono político de fin de año en un contexto de tensión fiscal creciente.







