Provincia de Buenos Aires – En medio de un complejo panorama político, el expresidente Mauricio Macri mantiene una intensa agenda de reuniones con referentes del PRO y otros dirigentes con el objetivo de diseñar una estrategia electoral sólida que permita disputar el poder al oficialismo en territorio bonaerense.

Mientras se desarrollan los diálogos formales entre los armadores provinciales del PRO y de La Libertad Avanza (LLA), Macri mantuvo un encuentro reservado con Emilio Monzó, exdiputado nacional y conocedor profundo del entramado territorial de la provincia. El eje de la charla giró en torno a la posibilidad de generar una nueva propuesta electoral que responda a las demandas de los intendentes del PRO, quienes han manifestado su malestar con algunos puntos del posible acuerdo con el espacio libertario.
Un frente en construcción y tensiones internas
En paralelo, continúan las gestiones para avanzar en la conformación de un frente electoral entre el PRO y LLA, encabezadas por Cristian Ritondo y Sebastián Pareja, quienes volvieron a reunirse recientemente. También participó del encuentro el diputado nacional Diego Santilli, en un intento por acercar posiciones y reducir las diferencias que aún persisten.
Según se anticipó, cada espacio tendrá su propio apoderado, aunque los nombres aún no han sido oficializados. Desde el PRO se remarca que no se tratará de una lista enteramente libertaria, sino de un armado conjunto que reivindique la trayectoria y la gestión del partido fundado por Macri.
“El acuerdo con LLA en la provincia lo estamos trabajando con seriedad y madurez política. No es un arreglo improvisado ni un reparto de cargos: buscamos consolidar un frente que le devuelva a la Provincia el orden, el desarrollo y la previsibilidad que el kirchnerismo le quitó durante años”, aseguraron desde el entorno del PRO.
El “blindaje” de los 13 distritos clave
Uno de los puntos más delicados en la negociación con LLA es la protección de los 13 municipios bonaerenses actualmente gobernados por el PRO, donde existe una estructura consolidada y el respaldo de la ciudadanía. Desde el partido amarillo remarcan que en esos distritos no se aceptarán imposiciones que atenten contra el trabajo de gestión que se viene realizando.
“El PRO tiene una identidad, una historia y una responsabilidad de gestión que no son negociables. Lo que estamos haciendo es cuidar y potenciar a nuestros intendentes, especialmente en los 13 municipios prioritarios. Son distritos donde gobernamos con equipos sólidos, y donde el desafío es seguir transformando la realidad de la gente con el apoyo de los concejos deliberantes”, afirmaron desde el entorno del partido.
Dificultades en las negociaciones locales
Mientras que en distritos como Zárate, Pinamar, Arrecifes y General Pueyrredón las conversaciones con LLA avanzan sin mayores contratiempos, en otros municipios el panorama es más complejo. Desde el PRO apuntan que “LLA está pidiendo demasiado” y que la voluntad de acuerdo no es recíproca en todos los casos.
Existen diferencias marcadas en localidades como Junín, 9 de Julio y Vicente López, donde los intendentes responden a Jorge Macri, y en Pergamino, distrito gobernado por Javier Martínez, cercano a Daniel Angelici. En varios casos, se acusa a los referentes libertarios de no trasladar los acuerdos alcanzados a los niveles locales con la rapidez necesaria, lo que genera fricciones y dificulta la articulación política.
Con las elecciones provinciales cada vez más cerca, el PRO busca cerrar filas, defender su presencia territorial y evitar una ruptura interna que debilite su estrategia frente al oficialismo, liderado por el gobernador Axel Kicillof.
Monzó, la llave territorial para destrabar el conflicto
En ese contexto, la figura de Emilio Monzó vuelve a cobrar relevancia. Su visión, compartida por varios sectores del PRO, es que los liderazgos nacionales no serán determinantes en la elección bonaerense, sobre todo considerando la ausencia de Cristina Fernández de Kirchner del escenario actual.
Además, la decisión del gobernador Axel Kicillof de adelantar las elecciones provinciales al 7 de septiembre es leída por el macrismo como una oportunidad. En este escenario, Monzó podría convertirse en una pieza clave para fortalecer el armado territorial y destrabar resistencias locales.