En la casa donde cumplía arresto domiciliario a la vera del río Negro, Federico “Fred” Machado vivió sus últimas horas antes de que la Corte avalara su extradición a Estados Unidos. Durante ocho horas, el acusado de lavado de activos vinculados al narcotráfico y estafa millonaria recibió a este cronista, habló en voz baja, pidió no ser abandonado y repitió nombres y resentimientos mientras el reloj corría hacia una decisión judicial que terminaría por sellar su destino.
La propiedad, ubicada en el kilómetro 20 de la ruta provincial 1 en Viedma, contrasta con el imaginario público que rodeó a Machado en años en los que su figura se vinculó a negocios aeronáuticos, donaciones a clubes y aportes políticos. Allí, entre perros que lo recibieron con euforia y una familia conmocionada, el financista habló pausado, midiendo cada frase como quien trata de ordenar un relato antes del cierre definitivo.
“No me dejes solo —me pidió tomando mis manos—. Por la vida de tu hijo”. Fueron palabras que sonaron como un pedido urgente y anguloso, propias de alguien que percibe el fin de una partida. A lo largo de la entrevista, Machado repitió nombres, deslizó acusaciones contra conocidos y cuestionó a quienes lo habrían dejado desprotegido: “Espert lo negó”, “Weretilneck mintió”, “Bullrich, silencio”. En algunos pasajes se refirió a vínculos empresariales y a transferencias que, según él, explican el entramado que hoy investiga la Justicia.
El clima se fue espesando con el correr de las horas. Desde la mañana llegaron notificaciones: la Corte había habilitado la extradición. Machado leyó la noticia en el teléfono, se quedó inmóvil y luego dijo, con un hilo de incredulidad: “Me mandaron un mensaje. Yo no quiero ir a Estados Unidos. Si esto explota, yo hablo y se cae el país mañana”. A esa altura ya se advertía la sensación de abandono que lo atravesaba.
Vínculos, aviones y empresas
La crónica reconstruye además la trama económica y política que rodea al imputado. Machado, que se dedicó al negocio aeronáutico y habría vendido decenas de aviones, aparece en cruces societarios y financieros con empresarios y grupos locales. En la investigación judicial figuran empresas y transferencias que, según fuentes judiciales, motivaron allanamientos y sospechas sobre triangulaciones de fondos. Entre los nombres que aparecen en ese mapa se mencionan sociedades y operadores que habrían actuado como receptores o pantalla de movimientos de dinero de origen cuestionado.
Uno de los ejes que toma fuerza en la pesquisa es la relación entre Machado y movimientos de dinero hacia firmas locales —y desde allí hacia terceros— en momentos en que esos fondos habrían terminado en aportes de campaña. Sobre ese punto la fiscalía y la Justicia siguen recabando pruebas y cruces bancarios. Hasta ahora, buena parte de esos vínculos se encuentran en etapa de investigación y documentales en poder de la causa.
La familia, la casa y el silencio oficial
Durante la visita, la familia de Machado se mostró angustiada. Su madre entró y salió de la casa sin cerrar frases. Sus hermanas y allegados vivían la espera con resignación y miedo. En la vivienda había una tobillera electrónica defectuosa —según fuentes citadas en la investigación— y una rutina acotada por las limitaciones del arresto domiciliario.
El Gobierno nacional y varios actores políticos optaron por el silencio institucional en torno al caso. Machado afirmó haber advertido, tiempo atrás, sobre los riesgos que acechaban a ciertos financistas y reprochó a algunos referentes por no haber respondido a sus llamados. También deslizó que mensajes y respuestas oficiales —que él dijo haber enviado— fueron recogidos y “marcados” por funcionarios.
La orden de extradición y el final del relato
La decisión de la Corte que habilitó la extradición se transformó en el punto de inflexión de la jornada. Machado, que durante años logró demorar el proceso judicial, recibió la noticia como la confirmación de que su etapa nacional se cerraba. En la tarde, personal policial formado en torno a la casa lo acompañó hasta que, entre abrazos y la mirada fija de los perros, subió esposado a una camioneta. “Gracias por todo”, dijo en la despedida.
Quedan aún múltiples preguntas: la magnitud real de las transferencias que investiga la Justicia, el alcance de las conexiones empresariales y políticas que Machado mencionó —algunas ya objeto de allanamientos y cruces judiciales— y la eventual continuidad del proceso en la Justicia extranjera que pidió su captura. Para su entorno, la extradición sella una derrota; para las causas que lo involucran, abre la etapa de pruebas internacionales que podrían clarificar movimientos financieros detectados por investigadores locales y extranjeros.
Contexto judicial
Machado será trasladado a Estados Unidos para enfrentar cargos por lavado de activos y estafa, según la requisitoria que motivó la solicitud de extradición. En la Argentina, el expediente continúa su curso: hay actuaciones penales en curso, allanamientos y análisis de transferencias y sociedades que, según fuentes judiciales, aún están en proceso de verificación y cotejo.
Este texto es el relato de una crónica de campo. Contiene declaraciones del investigado y reconstrucciones periodísticas sobre hechos que están siendo investigados judicialmente. Las imputaciones contra Federico Machado están en el ámbito de la investigación y las responsabilidades definitivas deberán determinarse en sede judicial







