El viernes, Kicillof reunirá a su mesa política en La Plata para definir el rumbo.
El resultado de las elecciones del 26 de octubre aceleró los tiempos dentro del peronismo bonaerense. Los intendentes que respaldaron a Axel Kicillof consideran que llegó el momento de marcar distancia con Cristina Fernández de Kirchner y su hijo, Máximo. “Hay que romper ya”, fue la frase que se escuchó con más frecuencia en los últimos contactos del axelismo duro.
Los jefes comunales que integran el círculo político del gobernador reclaman definiciones claras. Plantean que Kicillof debe elegir entre proyectar su candidatura presidencial junto al kirchnerismo —como hicieron en su momento Daniel Scioli y Alberto Fernández— o avanzar con el armado propio que lo acompañó en las elecciones de septiembre.
Aunque en el entorno de Kicillof aseguran que no está dispuesto a “pagar el costo político” de desplazar a funcionarios camporistas, los vínculos con muchos de ellos están desgastados. El gobernador intenta evitar un quiebre abrupto, pero la presión crece.
Entre los que salieron a pedir un corte definitivo se destaca Ricardo Alessandro, intendente de Salto y uno de los primeros en respaldar al mandatario provincial. “Yo quiero que Kicillof sea presidente, pero teniendo a Máximo Kirchner, a La Cámpora y a Grabois al lado, no creo que sea potable”, afirmó.
En la misma línea, el intendente de Ensenada, Mario Secco, expresó su malestar con los sectores kirchneristas. “Me da bronca cuando quieren gastar al gobernador y nos toman de punto a nosotros. Fuimos las mulas mucho tiempo. Cuando ganábamos por 40 puntos, el que ganaba era otro”, lanzó en una entrevista radial.
La tensión se evidenció el domingo electoral, cuando Máximo Kirchner mostró gestos de disgusto mientras Kicillof agradecía a los intendentes sobre el escenario. Ese gesto circuló en redes como símbolo del distanciamiento entre ambos sectores.
Kicillof convocó a los más de 40 intendentes de su espacio a una reunión este viernes en La Plata. Allí escuchará los reclamos y analizará los pasos a seguir. El encuentro será clave: muchos de los jefes comunales consideran que el quiebre con La Cámpora podría liberar espacios en el gabinete y fortalecer el control del gobernador sobre la gestión provincial.
Hoy, los principales referentes camporistas en el gabinete son Juan Martín Mena (Justicia), Florencia Saintout (Cultura), Daniela Vilar (Ambiente), Nicolás Kreplak (Salud), Marina Moretti (IPS) y Homero Giles (IOMA). Detrás de ellos, aseguran los intendentes, se despliega una estructura de más de 500 cargos bajo influencia kirchnerista.
La figura de Saintout es la más cuestionada dentro del entorno de Kicillof. En agosto, la ministra de Cultura criticó públicamente a la diputada Victoria Tolosa Paz por una foto con Hilda “Chiche” Duhalde. “Algunos esconden a Cristina y se sacan fotos con una negacionista”, escribió en redes. La publicación fue interpretada como una muestra más del enfrentamiento interno que hoy divide al peronismo bonaerense.
El viernes, en la Casa de Gobierno de La Plata, el gobernador tendrá frente a sí a los intendentes que lo empujan a tomar una decisión que podría redefinir el mapa político del justicialismo en la provincia.







