Peronismo Bonaerense al Borde de la Explosión: Tensiones Internas Amenazan la Frágil Unidad

Buenos Aires, 29 de julio de 2025 – El peronismo bonaerense atraviesa una crisis profunda y persistente, marcada por la falta de una jefatura unificada y una “convivencia” que cada vez más se asemeja a una tregua precaria. La reciente conformación de Fuerza Patria, la lista de unidad para las próximas elecciones legislativas, lejos de suturar las heridas, parece haber dejado al descubierto las profundas desconfianzas y broncas mutuas entre los principales sectores que se disputan la conducción del espacio: el kicillofismo, La Cámpora y el Frente Renovador. El futuro de la alianza se avizora “tumultuoso”, con muchos actores vaticinando un “final explosivo” para el 10 de diciembre.

Batalla por las Listas: Un Armado Desastroso

El cierre de listas para las legislativas provinciales se convirtió en una verdadera “batalla” que dejó a La Cámpora con la mayoría de los lugares, generando un sabor agridulce en el kicillofismo. Dirigentes cercanos al Gobernador no ocultan su enojo, sintiendo que nuevamente el kirchnerismo salió victorioso y que ellos obtuvieron “poco” a pesar de haber logrado sentar a Kicillof en la mesa de decisiones. Se habla incluso de un “corte de luz intencional” que tuvo que ser utilizado para “desconectar la bomba a punto de estallar” durante las negociaciones finales.

Desde el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), la tribuna que apoya a Kicillof, se percibe que el reparto de cargos fue insuficiente para compensar a quienes “pusieron el cuerpo”. La esperanza para los “dolidos y golpeados” se cifra en posibles cambios en el gabinete, apuntando sin tapujos a los ministerios que hoy conducen figuras cercanas al cristinismo en la provincia.

Acusaciones Cruzadas y Versiones Contrapuestas

Las tensiones se materializan en acusaciones cruzadas. Protagonistas del MDF señalan al Frente Renovador como “socios del camporismo”, denunciando un “dos-uno” en las negociaciones de listas. Según un dirigente axelista, si La Cámpora vetaba un nombre propio, el Frente Renovador se negaba a apoyar a alguien que fuera vetado, dejando a los kicillofistas sin margen de maniobra. Desde el Frente Renovador, se defienden argumentando que “hubo vetos de todos lados” y atribuyen lo sucedido a “tironeos típicos de una elección”, resaltando la “condición amateur” del kicillofismo en estas lides.

A su vez, en La Cámpora, se mostró malestar por el hecho de que Kicillof utilizara el sello partidario de Alberto Fernández para presentar su propia lista, interpretándolo como un desaire y una falta de aceptación a las propuestas de Cristina Fernández de Kirchner. Critican que el Gobernador no haya acompañado “taxativamente” a CFK cuando se postuló para presidir el PJ nacional, desoyó sugerencias sobre el desdoblamiento de elecciones y la candidatura por la Tercera Sección, e hizo caso omiso a pedidos sobre candidaturas testimoniales.

¿Emancipación o Pragmatismo? La Lectura del Kicillofismo

Desde el círculo íntimo de Kicillof, se sostiene que su actitud en las negociaciones, que incluyeron un diálogo mano a mano con Sergio Massa y Máximo Kirchner, representa su “emancipación definitiva del cristinismo”. Afirman que respetan “mucho más a Cristina que ellos, que la usan para cualquier cosa”, y que Axel “fue siempre de frente” con ella, incluso en una reciente y “larga conversación donde se dijeron todo”. En este sentido, se defienden de las críticas por haber armado “boletas con el partido ParTE”, justificando que lo hicieron “por las dudas” ante la posibilidad de que “nos pudieran cagar en cualquier momento”.

La versión kicillofista apunta a que en La Cámpora no había una intención real de unidad, e incluso “llegaron a jugar la idea de presentar listas separadas”, mientras que ellos “usamos el partido que queremos y no le tenemos que preguntar a nadie”.

La Batalla Continúa: Escenarios Post-Electorales

A pesar de la foto de unidad en Quilmes, la batalla interna se perfila para continuar durante toda la campaña electoral. En la Gobernación, advierten que “el que sigue jugando la interna está jugando para Milei”, mientras que desde el camporismo se busca “desdramatizar la pelea” y enfocarse en los comicios.

Lo cierto es que la conformación de la lista de diputados nacionales será otra contienda, pero no la última. Se anticipa una “dura” disputa por la responsabilidad del resultado electoral si el peronismo pierde en varias secciones. Además, asoma el tironeo por la renovación o no del gabinete y la nueva conformación de la Legislatura provincial a partir del 10 de diciembre. En el entorno de Kicillof, incluso, ya anticipan que “creemos que nos corresponde la presidencia de la Cámara de Diputados”, lo que augura un escenario de negociación y conflicto constante dentro del oficialismo bonaerense.

Máximo Kirchner y su organización se mostraron conformes con la negociación y los lugares obtenidos, asegurando que “hubo heridos como en cualquier cierre de listas” y que “logramos la unidad en un contexto así”. De cara a la campaña, sostienen que “vamos a militar la campaña para que sea lo más ordenada posible”, enfocándose en mostrar “gestión en los municipios que gobernamos”, “contar el impacto de las medidas económicas de Milei” y “explicar qué podemos hacer o no en base al ahogo financiero del gobierno nacional”, previendo una estrategia similar a la de 2017.

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