Preocupación Vecinal por Instalación de Maltera en el Río Quequén: Llamado a Consulta Pública

Quequén, 14 de julio de 2025 – Vecinos del Paseo de la Ribera, en conjunto con referentes socioambientales, han manifestado su profunda preocupación por la inminente instalación de una maltera frente al río Quequén. Si bien aclaran que no rechazan el emprendimiento en sí, insisten en la necesidad de reubicarlo en una zona que cumpla con condiciones ambientales adecuadas, similares a las de ciudades vecinas. Advierten sobre los graves riesgos para el ambiente y el perfil turístico del barrio, e invitan a la comunidad a sumarse a la consulta pública, cuyo plazo finaliza este martes.

Un encuentro celebrado el pasado fin de semana congregó a aproximadamente 50 vecinos y vecinas del Paseo de la Ribera, quienes se reunieron con referentes socioambientales para informarse y debatir sobre los potenciales riesgos asociados a la instalación de la maltería de Maltén SA en el frente costero del río Quequén. A pesar de no oponerse al proyecto en su esencia, los residentes expresaron un rotundo rechazo a su ubicación actual, considerándola incompatible con el desarrollo turístico y medioambiental de la zona.

El Impacto Socioambiental: Un Motivo de Alerta

La preocupación por el impacto socioambiental del proyecto se intensificó desde que, en junio, los vecinos accedieron al Estudio de Impacto Ambiental (EIA) elaborado por la empresa Maltén. El informe, que detalla diversas afectaciones al medio ambiente, ha generado una creciente inquietud entre los residentes, quienes alertan sobre los peligros para el ecosistema del río Quequén y la calidad de vida de los habitantes del Paseo de la Ribera.

Uno de los principales temores es el vertido de lodos y desechos industriales al río, un riesgo que evoca el precedente de la curtiembre ubicada en el barrio Mataderos de la ciudad, cuyos desechos fueron responsables de la contaminación del agua y los suelos cercanos. Adicionalmente, la posibilidad de que la planta libere olores nauseabundos, como el de cereal podrido, constituye una preocupación extra para quienes disfrutan del río como espacio recreativo.

“Rechazamos el Impacto de la Maltera, No la Maltera en Sí”

Susana Laborde, una de las impulsoras de la reunión vecinal, fue enfática: “Lo que hicimos nosotros fue explicar por qué la urgencia, por qué es la única instancia de participación, porque, estaba en duda en eso, y se aclaró que no, que la instancia es esta, y se informó algo fundamental, que es, que toda la zona frente al río Quequén, es zona industrial planificada. Eso desde el 81, y que, debido a que ningún funcionario jamás se tomó el laburo de modificar el planeamiento de la ciudad, sigue estando ahí, a 50 años, casi, una zonificación que nadie puede querer, o sea, nadie puede pensar que ahí enfrente puede ir un parque industrial”.

Laborde también subrayó que la oposición no es a la maltería en sí, sino a su ubicación propuesta: “Nosotros no queremos un parque industrial ahí, eso sin ninguna duda”. En este sentido, enfatizó que la ineficiencia de los funcionarios municipales ha permitido que se mantenga una zonificación obsoleta que no responde a las necesidades actuales de la comunidad.

Denuncia por Venta de Calles y Falta de Planificación

Ante el rumor de que el Concejo Deliberante habría aprobado la venta de calles como excepción para que la maltería controle todo su predio, Laborde fue categórica: “Lo que se está haciendo no es solo irresponsable, es ilegal. La venta de las calles no fue aprobada por los vecinos ni por la comunidad, y lo que no se puede permitir es que se hagan excepciones para beneficiar a una empresa a costa del bienestar de todos.”

Laborde fue tajante al afirmar: “si hay algún acto administrativo, donde se vea que se vendió una calle, van todos en cana, o sea, no se puede vender una calle”. Según los vecinos, el municipio ha recurrido al mecanismo de la excepción para permitir la instalación de diversas industrias en zonas que no deberían ser industriales. “Esto viene sucediendo desde hace años, y ahora estamos pagando las consecuencias”, añadió.

La Consulta Pública: Última Oportunidad de Participación

La consulta pública para este proyecto ha estado abierta desde fines de junio, y los vecinos están convocando a la comunidad a sumarse activamente. Aunque no se oponen a la instalación de la planta en sí, insisten en que se realice en otro lugar, como en otros distritos de la región que ya cuentan con las condiciones necesarias para albergar este tipo de proyectos industriales sin poner en riesgo el entorno.

Camila Burgueño, vecina del Paseo de la Ribera, también compartió su preocupación: “La reunión de vecinos y vecinas estuvo buenísima, porque hubo muy buena convocatoria. Éramos aproximadamente 50 personas, pero más allá de eso, hay un grupo que funciona hace rato entre los vecinos de La Ribera, que están desde hace más tiempo, y que ya estaban movilizados. Había presencia, por ejemplo, de clubes, lugares de recreación, están todos informados y apoyando el pedido de que la maltera se instale, pero en otro lado, que no sea en el río, y menos con las condiciones que plantean, porque la misma empresa está diciendo que el impacto socioambiental es gravísimo“.

Burgueño también señaló la gran cantidad de agua contaminante que podría verter la maltería en el río: “Se están hablando de 1.800.000 litros de aguas contaminantes por día, de que si los pozos de agua no le alcanzan, van a sacar agua del río, sumado a eso, de los olores que va a haber, porque ya sabemos cómo es, el olor a cereal podrido, ¿verdad? Porque hay en muchas partes de la ciudad olor a cereal podrido”.

En su intervención, también reflexionó sobre el impacto en la vida diaria de los vecinos: “El río es de todos y todas las personas que venimos, que pescamos, que nadamos, que andamos en kayak, que corremos, que andamos en bici, que venimos a tomar un mate, bueno, el río es de todos y todos tenemos que defenderlo de que no se llene de un olor horrible y que se vuelva un lugar más intransitable”.

Voces Críticas y Antecedentes de Laborde

La figura de Susana Laborde, si bien es una voz prominente en la defensa ambiental, también ha sido objeto de cuestionamientos y controversias en el ámbito local. Se le ha señalado por una supuesta “doble vara” en sus críticas a proyectos urbanísticos y ambientales. Por ejemplo, mientras ha manifestado una firme oposición a iniciativas en el Parque Miguel Lillo, como la venta o licitación de espacios, la construcción de canchas de tenis o incluso la realización de eventos masivos, se ha observado una menor vehemencia en su postura respecto a proyectos similares en otros municipios donde ejerce funciones públicas.

Como Jefa de Distrito del Departamento Zona V de Hidráulica de la Provincia, con jurisdicción sobre localidades como San Cayetano, Laborde no habría emitido objeciones públicas ante la subasta de lotes en el frente costero de dicho balneario, un hecho que algunos sectores interpretan como una mezcla de su vocación ambientalista con sus simpatías o antipatías políticas. Además, ha sido criticada por el Presidente del Concejo Deliberante, quien le ha reprochado su inacción frente a la erosión costera de Quequén, una problemática que, según él, recae bajo la responsabilidad de la Dirección de Hidráulica que ella preside.

El Compromiso Vecinal en Defensa del Río Quequén

A pesar de la falta de apoyo oficial, los vecinos y vecinas continúan organizándose y difundiendo la información, con el objetivo de frenar lo que consideran un proyecto perjudicial para la zona.

Burgueño destacó la importancia de defender los espacios naturales de la comunidad: “Antes había manantiales de agua transparente en el río y ya no los hay más, entonces ¿cuánto más? Vamos.” A pesar de las dificultades, la comunidad sigue comprometida en la defensa de su entorno y hace un llamado a la participación ciudadana en la consulta pública

Scroll al inicio