La embarcación Ocean Royal permanece interdicta por orden judicial, mientras los trabajadores aceiteros sostienen una medida de fuerza por despidos y reemplazos de personal sindicalizado. El conflicto amenaza con extenderse y paralizar la operatoria portuaria durante varios días.
Crecen los problemas en el puerto de Quequén
Mientras la justicia mantiene retenido al buque Ocean Royal, la tensión en la terminal marítima se profundizó luego de que el Sindicato de Aceiteros extendiera una medida de fuerza que impide completar la carga de pellets.
El conflicto gremial, que comenzó antes de conocerse la orden judicial, tiene su origen en despidos y en la incorporación de contratistas ajenos al sindicato.
“Hubo algunos despidos y están mandando a la gente a hacer tareas que no les corresponden”, explicó Alfredo Giuliano, secretario general de Aceiteros, quien señaló que la situación “llegó a su punto más alto durante el fin de semana”.
El conflicto gremial y la carga interrumpida
Horas antes de que el Juzgado Federal N.º 1 de Necochea ordenara la interdicción del Ocean Royal, el gremio ya había frenado la carga del buque en reclamo por la situación laboral de sus afiliados.
“Nos volvieron a llamar y les dije que hasta que no venga un directivo y me firme que la contratista empleará a afiliados del sindicato, no vamos a seguir”, sostuvo Giuliano.
Según el dirigente, las tensiones laborales se agravaron tras movimientos empresariales vinculados a un cambio de control en las firmas Viterra y Renova, que pasarían a manos de Bunge.
“Hay una contratista que hace años trabaja con afiliados nuestros, pero ahora quieren reemplazarla por otra sin representación sindical. Antes por lo menos había diálogo”, señaló.
Un buque detenido y una operatoria paralizada
El buque Ocean Royal fue interdicto por orden judicial y permanece en la estación marítima sin poder zarpar.
Giuliano indicó que la empresa Renova “apresuró la carga hasta las 19 del sábado, previendo mal clima, y la retomó de madrugada”, lo que podría estar vinculado —según el gremialista— a que “ya sabían que ese buque tenía algún problema”.
Con la carga incompleta y el conflicto sindical sin resolución, la operatoria portuaria enfrenta un riesgo de paralización prolongada.
“El problema lo van a tener dentro de una semana, cuando tenga que entrar otro barco”, advirtió Giuliano.







