Con el objetivo de contener la tensión cambiaria y sumar divisas al Banco Central en la previa electoral, el Gobierno anunció la eliminación total de las retenciones para todos los granos hasta el 31 de octubre. La medida, que beneficia directamente al sector exportador, genera fuertes críticas por el carácter privilegiado que adquieren las grandes compañías agroexportadoras frente al resto de la economía.
El anuncio fue realizado a través de la cuenta oficial del vocero presidencial, Manuel Adorni, quien señaló que la decisión busca “mayor oferta de dólares durante este período” y acusó a la “vieja política” de intentar generar incertidumbre.
Un alivio exclusivo para los exportadores
El esquema de retenciones cero alcanza a todos los cereales y oleaginosas, lo que representa un cambio drástico respecto al decreto vigente hasta hace pocos días, que ya había reducido alícuotas: la soja había bajado del 33% al 26% en grano y del 31% al 24,5% en derivados; el maíz y el sorgo del 12% al 9,5%; y el girasol del 7% al 5,5% en grano.
Ahora, con el nuevo decreto, incluso esas reducciones quedan sin efecto: los exportadores podrán vender al exterior sin pagar derechos de exportación.
Un privilegio en tiempos de ajuste
La medida llega en un contexto en el que el Gobierno exige recortes y ajustes a distintos sectores de la economía, pero al mismo tiempo abre una ventana de excepción para las exportadoras de granos. En la práctica, el beneficio implica una transferencia de recursos hacia un puñado de compañías que concentran el negocio agroexportador, mientras gran parte de la sociedad enfrenta salarios deteriorados y aumentos de tarifas.
Según estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, entre septiembre y diciembre el agro podría liquidar alrededor de u$s9.949 millones, cifra clave para sostener la estrategia cambiaria oficial.
Condiciones y letra chica
El decreto establece que los exportadores que accedan al beneficio deberán liquidar al menos el 90% de las divisas dentro de los tres días hábiles posteriores a la presentación de la Declaración Jurada de Ventas al Exterior (DJVE). En caso de incumplimiento, deberán pagar la alícuota original y perderán la posibilidad de volver a utilizar el beneficio.
Reacción del sector
El presidente de CIARA-CEC, Gustavo Idígoras, celebró la medida: “Apoyamos toda iniciativa que elimine retenciones, aunque sea temporal. Falta ver cómo será su implementación”.
La reacción muestra el alineamiento de las grandes exportadoras, que ven garantizado un margen adicional de rentabilidad en plena volatilidad cambiaria.
En definitiva, mientras el Gobierno justifica la medida como una estrategia para “fortalecer la estabilidad macroeconómica”, lo cierto es que el esquema de retenciones cero funciona como un privilegio excepcional para las exportadoras, en un escenario en el que otros sectores productivos y la población en general cargan con los costos del ajuste